Dar lo mejor de mí.
Lo mejor que da el caballo al universo cuando va a todo galope es su fortaleza, su agilidad y su velocidad; en su paso mas veloz muy bien podría gritar de la emoción:-"ESTOY DANDO LO MEJOR DE MÍ"-¡Que sensación de libertad y de hermosura produce cuando cabalga sin parar, a todo dar! En su trotar muestra su nobleza, valentía e hidalguía y en el desembocar nunca se queja, jamás dice:-"No puedo más"-, más bien brega hasta el final... hasta la muerte si es preciso. Relincha con tesón exhibiendo su estupendo corcoveo.
Un caballo no es un animal cualquiera sino un corcel, está hecho para correr sin límites, aprisa y ágil. La cucaracha, el perro, el cerdo y demás animales se desplazan de un lugar a otro pero ninguno lo hace como el caballo. Dicen que el avestruz lo supera en velocidad pero no en distancia ni resistencia.
Lo grandioso del águila es ver como surca los cielos igual que flecha veloz y alcanza altura con gran seguridad en su vuelo: atrevido, majestuoso, retador y armonioso, esto es lo mejor que el águila tiene de si misma y nos regala. Cuando traspasa las nubes nos quedamos expectantes ante un misterio de belleza, de valentía y de admiración porque ella esta dando lo mejor de sí. ¡Que espectáculo tan solemne, pausado y ceremonioso! El águila despliega sus grandes alas solo como ella lo sabe hacer, su especialidad es conquistar los altos cielos con gran destreza, maestría y osadía...¡Que aplomo y elegancia! El águila no vuela como un pajarito cualquiera que se tambalea y titubea ante un poco de altura. Cualquier gorroncillo cuando salta de un árbol a otro grita de miedo -"Ay que me caigo, que me caigo, que me caigo...", hasta llegar a la otra rama respirando hondo.
Un águila que no vuele con coraje, firmeza y perfección no es un águila, simplemente es una palomita o una pieza inerte de algún museo. El águila está hecha para lanzarse con arrojo y sin límites hacia las alturas y desde allí gritar llena de satisfacción y emoción-"ESTOY DANDO LO MEJOR DE MÍ"-.
Dios le dio a la mata de níspero la savia y el poder suficiente para alimentar y sostener fuertemente los nísperos entre sus ramas, tanto como ella quiera tener porque su gran misión es dar frutos dulces, exquisitos y de color opaco. Cualquier árbol da sombra pero la única que da nísperos es la mata de níspero, no sirve para otra cosa sino para eso, a nadie se le ocurre comprar unos muebles de su madera:- "Tengo unos muebles de níspero bellísimos"-. Es decir, si ella no existiera nos quedaríamos sin sus beneficios. Cuando saboreamos uno,él nos dice:-"TE ESTÁS COMIENDO LO MEJOR DE MÍ".
Dios le dio a cada ser todas las herramientas necesarias para que de lo mejor de sí, para que cumpla su misión. Al caballo le dio un cuerpo fuerte y aerodinámico, patas finas y al mismo tiempo fuertes, grandes pulmones y orejas de curvas aéreas porque si tuviera las de elefante no podría galopar. Al águila le dio alas tenaces, versátiles y enormes, algunas las tienen hasta de dos metros de largo, todo esto para que vuele alto. Al canario una garganta potente para que pudiera trinar. Su grandeza no está en el tamaño, ¡Es tan pequeñín!, ni en los colores de su plumaje porque ese amarillo pálido que tiene no es precisamente el mejor para un pájaro. Lo más grande y hermoso que tiene el canario es su gañote, su canto, su gorjear;cuando abre su pico y lanza al viento su melodía esta dando LO MEJOR DE SÍ.
¿ A que vino el samán a este mundo?, a protegernos de los rayos del sol y a refrescar el contorno, ésta es su gran misión.
Por eso Dios le dio grandes y enormes ramas para cubrir todo su alrededor y para esto existe. Si este árbol inmenso y de abundante follaje no fuera imponente y no diera buena sombra, entonces.¿ para qué serviría? ¿Para adorno? Si fuera para eso preferiría un rosal porque lo mejor de las flores es adornar, perfumar y alegrar el ambiente con sus colores.
Así, Dios le dio al ser humano todas las herramientas necesarias para que dé lo mejor de si, para que cumpla su gran misión en esta vida: Conquistar todos los valores espirituales y entre estos se destaca la alegría y la satisfacción de estar en este mundo. Porque si el ser humano no es dichoso, ¿para qué vive? Porque todos los seres vivos del universo, el único que puede reír a carcajada limpia y profunda es el hombre.
Los animales y las plantas no son felices, simplemente son, existen. Ellos no conocen la dicha, ni la desgracia. Yo nunca he visto un sapo deprimido( Un sapo triste debe ser bien feo, porque si contento lo es, ¿como será amargado?).
Unos dirán que las bestias si conocen de emociones y de actitudes humanas. No, ellas no saben qué es eso, lo que hacen es imitar a los hombres. El loro es la única ave que reproduce mejor el lenguaje humano pero no comunica nada, porque repetir palabras no es hablar. El mamífero que camina, gesticula y se mueve con mayor exactitud a nosotros es el mono. Y el que copia mas nuestros sentimientos es el perro, cuando lo vemos alegre, triste o bravo, en realidad el no lo está, el que está a bravo es su dueño y él lo imita. Por eso, perro bravo, familia conflictiva, esta apreciación generalmente no falla.
Si los seres humanos no existieran, no se conocería la felicidad, ni el amor, ni la paz, ni la libertad interior, ni el perdón, ni la capacidad de entregarse a los demás. Un hombre que no ame, que no perdone, que no sea justo, que no ría, es un pobre hombre; cuando amas intensamente estás cumpliendo tu misión en esta vida, puedes decir con hondura:-"ESTOY DANDO LO MEJOR DE MÍ".
Ahora bien, el caballo viene a galopar veloz, el águila a volar alto, la mata de níspero a dar nísperos, el canario a trinar, el samán a desplegar sus ramas para dar sombra fresca y buena; y mientras todos los seres de la naturaleza cumplen con su misión y dan lo mejor de si, el ser humano muchas veces queda sin cumplir la suya.
Y Dios dio a los seres humanos todos los instrumentos necesarios para ser felices: paz interior, amor, libertad, alegría, justicia, igualdad, capacidad de perdonar y de olvidar las ofensas. Cada vez que los utilizamos llegamos a la plenitud; sólo si amamos profunda e intensamente a los demás podemos decir junto con toda la creación:
¡ESTOY DANDO LO MEJOR DE MÍ!
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